Cuando íbamos al cole, si teníamos alguna duda con los deberes o con algún tema concreto siempre evitábamos preguntárselo a los padres porque sabíamos las consecuencias que eso podía tener: respuestas que duran más de dos horas o batallitas mil que empiezan con la célebre frase «Cuando yo era como tú…». Y de pequeños/adolescentes nadie quiere eso. Ya estábamos apoyando la cabeza en el brazo, poniendo cara de: «estoy atendiendo, lo prometo, no estoy pensando en la merienda» y además agobiados porque luego tendríamos que acabar los deberes llamando a algún amigo para resolver realmente la duda.
Eso lo sabemos ahora que ya a pasado un poco de tiempo desde que íbamos al cole. Pero mi amiga Amparo, por la inexeperiencia de la juventud salió muy enfadada del colegio y fue directa a su madre: «¡Qué me van a suspender gimnasia!» Su madre, muy bondadosa no daba crédito: «¿Cómo es posible?» «No sé saltar una distancia larga con los dos pies juntos». La madre sonríe orgullosa: «¿Cómo que no? ¡Si es muy fácil! Cuando yo era como tú saltaba muchísimo (frase célebre que se ve que se la dan a los padres con el libro de familia…). Al llegar a casa te lo enseño».
Después de pasar por el kiosko a ver qué tal iba el negocio, Rosa, la madre, es dueña de un kiosco muy afamado en la ciudad, se dirigen a su casa. Por el camino Rosa ya le va explicando la técnica infalible para que su salto sea perfecto y saque hasta buena nota. La madre aspiraba ya a un notable ¡por lo menos!
Ya en casa despúes de haber contado gloria y milagros de cuando ella hacía gimnasia, se decide a hacer su exhibición. Se prepara en el pasillo, Amparo le sigue con la mirada, Rosa le tranquiliza diciendo que es muy fácil, inspira, junta los pies, coge impulso y… se resbala con las zapatillas de estar por casa. Puntuación: un brazo escayolado con rehabilitación incluída y un trabajo por escrito para el profesor de gimnasia, que Amparo ha dicho que pasa de saltar, que luego mira lo que ocurre…
Nota: yo sí que preguntaba a mi madre lo de los deberes, experta en hacerme todos los Vacaciones Santillana en verano 😉 ¡Felicidades Mamá!
la bruji says
jajaaja, eso me suena a mi muchisimo, me recuerda a mi padre… Era como la madre de Amparo, asi a lo burro. yo cuando era pequeña hacia ballet, y un día la profe nos enseñó a colocarnos con la espalda en la pared y levantar la pierna tan alto como pudiéramos, casi tanto hasta conseguir tocar con la punta de los dedillos la pared, por detrás de la oreja, vamos no se si me explico. Para ello debíamos calentar antes para no hacernos daño asi que nos decía ir levantando la pierna, si pared, como si diéramos una patada pero elevándola lo mas alto posible. El caso es que cuando volví a casa se lo conté a mi padre, y típica frase, eso está chupao hombre, para eso pago yo la pasta? vaya cosas te enseñan, si yo lo se hacer mejor.. et voilà, alli va mi padre todo feliz, con todas sus fuerzas levanta la pierna, le resbala la que tenía apoyada en el suelo y talegazo de espaldas… jajajaj resultado una contusión cervical y una fisura de ligamento, casi na… y asi muchas. Papi aunque no leas esto que te quiero jejejjeejejje
Anónimo says
Cuándo en la facultad ya no te mandaban deberes de vacaciones tuve que empezar a comprarme los sudokus, con lo que me gustaba pintar el triángulo isósceles de verde … Rosa sigue con el brazo mal por el saltito, pero es por no ir con el equipo de gimnasia reglamentario, si hubiera llevado las zapatillas y el chándal seguro que aparece en casa de la vecina en su demostración.