Últimamente me he lanzado a devorar libros como una loca. Y es que es la tarea pendiente que casi todos tenemos. Hace tiempo que decidí leer sí o sí. Nada de por la noche tres páginas y al día siguiente a repasar lo que habías leído porque estabas tan dormida que ni te acuerdas. A leer de verdad. A disfrutar de la lectura, a llegar a casa corriendo porque te apetece saber qué pasa en el siguiente capítulo. E incluso, a apagar la tele para leer sin distracciones.
Para hacer todo esto es necesario que te apetezca pero sobre todo que sea un buen libro. Llevo una buena racha en eso de las lecturas. Porque en muchas ocasiones es más bien cuestión de suerte lo de que te guste un libro. Como las fiestas navideñas me han dejado, por asesoramiento directo de mi tía Beatriz, libros muy buenos, he podido descubrir algo fantástico y que quiero que probéis.
Empecé con un libro apasionante de unas 500 páginas. Según veía que me acercaba al final, más lento leía. No quería llegar a las últimas páginas de lo que me estaba gustando, me daba pena acabar. El caso es que un día a la una de la mañana, cuando iba por la página 460 aproximadamente decidí no llegar hasta el final, reservarlo. Y en un punto de locura, de «aquí estoy yo» y de «no pierdo nada» probé a volver a leer las páginas en orden contrario, al revés, de la 460 hasta el principio. Y descubrí de pronto que si lees los libros al revés se convierten en otra historia diferente. Descubrí un libro dentro de otro libro. Alucinada y eufórica de haber encontrado la manera de no acabarme el libro inicial empecé a leer y leer la nueva historia.
Tan ensimismada en la lectura estaba que pasó la noche de un soplo. Sin darme cuenta estaba por la página 10 y esta historia era casi mejor que la primera. ¡Tampoco quería acabarme esta! Así que en un arrance de valentía decidí hacer lo propio. Empezar a leer de la 10 hacia delante. Tuve un momento de duda: «¿Volveré a la misma historia? ¿La que pone en la portada?». ¡Nada más lejos de la realidad! Otra historia me esperaba allí. Si la primera trataba de unas criadas negras y sus señoras, la de la página 460 hacia atrás era de viajes espaciales y la de la 10 hacia delante era de una expedición por la selva. «¿Y esto no lo habrá descubierto nadie? ¿Seré la primera que tiene varios libros dentro de uno y sin ser comercialmente explotado por la editorial? ¡Esto es una maravilla!» Este grito de alegría lo di en voz alta, no podía más. Ya eran las 7 de la mañana y era hora de levantarse. Mi marido al contarle la historia cogió un libro de su mesita de noche y empezó a seguir mis pasos. Los ojos se le abrieron como platos cuando en la página 230 volvió hacia atrás y una historia nueva descubrió.
Así llevamos una temporada. Si alguien no nos ha visto o no le cogemos el teléfono que sepa que estamos haciendo realidad nuestro propósito de leer. Y si alguien nos quiere traer pegamento os lo agradeceríamos ya que de tanto leer un mismo libro para adelante y para atrás las hojas empiezan a despegarse…
Matusalem says
No se os ocurra hacer el experimento con “Los Episodios Nacionales” o con “Guerra y Paz”, que os faltan vidas…
Anónimo says
Tienes toda una enciclopedia para ser leida en 500 páginas! Interesante…
María José says
lo probaré esta misma tarde!