¿Qué porqué planto mi árbol? Porque quiero saber qué se siente cuando dentro de unos años pueda hacerme una casita de madera entre sus ramas, mirar al horizonte y ver el mar…
Sé que son castillos en el aire, nunca mejor dicho, pero es lo que me gustaría. Aunque bien pensado ya estoy queriendo plantar un árbol para ponerle peso encima. Y además talar otro para la casita… Cuánta responsabilidad con tan sólo una idea…
Mejor sólo lo imagino y me voy a contarlo a Twitter. Que no es un árbol, es un bosque entero… O me voy a Facebook, con todos los arbolitos mirándose unos a otros, sumando likes en sus raíces. ¿Y si lo cuento en Instagram? ¡Ay! Qué bosque tan bonito, con sus arbolitos tan bien decorados y sus ramitas etiquetadas…
Si lo pienso bien, de nuevo no hay nada como la reflexión, me doy cuenta de que plantamos árboles todos los días en las redes sociales. Unos crecen, otros los riegan demasiado y se ahogan, otros los queman, pero algunos, sólo los más fuertes y los que saben buscar el sol, sobresalen del resto.
Me imagino mi vida poniendo semillitas diarias de 140 caracteres, regándolas con retuits, likes y deditos hacia arriba. Y la semillita crece, se hace artículo de opinión en mi blog y después de unos días de mucho sol, se transforma en una sección en la radio. Y florece cuando alguien por la calle me comenta ¡qué razón tienes! Y se marchita un poco cuando otros me dicen ¿pero tú no trabajas que estás todo el día en Facebook?
Pero cada semillita tiene su camino. Y a veces hay que coger aire, soplar fuerte y dejar al viento hacer… Y cuando menos te lo esperas, estás sentada en la copa de un árbol mirando al horizonte y reflexionando sin ser consciente todavía de cómo has llegado hasta allí arriba.
De pronto ¡eres influencer! y tienes una gran responsabilidad, porque otros arbolitos te van a seguir de ejemplo para crecer, para talarse las ramas o dejárselas largas, para decidir si dejan posarse a algún pajarito o no, ¿soy perenne o caduco?
En fin, cientos de dudas ante un mundo lleno de árboles firmes y altos que han llegado allí por casualidad unos, por trabajo otros.
¿Qué cómo se riega a un árbol influyente? Él ya se ocupará de conseguirlo, son unos supervivientes en el bosque de las redes sociales. Como las Fallas ¿alguien pensó al inicio de los tiempos que serían lo que son ahora? Cada uno busca su camino, su luz y su salida hacia el cielo como las llamas en la Cremà.
Pero no lo olvides nunca amigo influencer: siempre habrá un árbol más alto que tú y siempre puede venir alguien y talarte para leña. Aunque también debes recordar que como una falla, nunca habrá un árbol como tú. Eres único, eres fuerte y eres vida.
Artículo escrito para la Falla Borrull – Socors y su Fallera Mayor 2016 Pepa Gómez @pepapepae. Podéis leerlo en el llibret espectacular que hicieron.