Vamos a ver, hay inventos tontos y todos los sabemos. Hasta el que los crea se para y se ríe por lo bajito: «La que les he colao. Jijiji». Pero ¿por qué no aprendemos? ¿Nos tenemos que maravillar de tooodo lo que al ser humano se le ocurre? ¿Tenemos que aplaudir hasta la más mísera ocurrencia?
En días ajetreados sobre las diez de la noche, y sin haber parado durante todo el día, todas nos acordamos del espabilao que inventó los «stillettos» o las faldas «strech». Las medias ya forman parte de tu piel y te da impresión quitártelas por si el exfoliante «strong» del gimnasio no es nada comparado a lo que puede pasar: medias y piel cual serpiente se queden en el suelo de la habitación. Pero antes de eso te has tenido que quitar los zapatos. Si antes usabas un 38 ahora con lo hinchados y lo que palpitan ¡no te cabe ni un 45! Y esa falda con la camisa por detro que ha ayudado a que tengas un tatuaje nuevo: «Lavar a mano. Made in China. Zara». ¡Cómo pica la etiqueta pegada en la cintura!
Y llega la hora de ir a desmaquillarte. Todo va bien hasta que decides quitarte el Rimmel waterproff, nunca se sabe lo que puede pasar. «Mmm desmaquillante especial. Me pongo un poco… ¡¡Escuece, escuece y muchoooo!!!!». Empastre total que hace que tengas que ir a la farmacia a por las gotitas para los ojos esas que hace que te contrate la gente.
Pero no aprendemos porque al día siguiente todo eso que detestábamos por la noche nos lo aplicamos con la más maravillosa de las sonrisas. Aunque te de alergia el desmaquillante.
Eso sí, este dato hace más entretenida la mañana. ¿Alguna vez habéis estornudado con el Rimmel recién puesto? Creo que los payasos usan esta técnica. Y yo más desmaquillante. Por cierto, otro de los inventos tontos por los que habrán cobrado mucho dinero, que no entiendo, es el de hacer los pinceles del Rimmel de colores fucsia, azul eléctrico, etc. Sólo sale así en los anuncios. Si luego cuando te lo venden ya está dentro del pringue negro. ¿Cómo sabemos que es de color? Y ¿para qué narices gastan ideas en los pincelitos si no se ve? Pero, qué bien que queda la mirada eh…
Mercedes says
Donde se pongan los inventos españoles; aunque todos tengan que ver con los palos, tenemos una fijación… ¿Qué no?, a ver: el de la fregona, el del chupachús… Eso si que son inventos útiles, nada que ver con el embase de los líquidos, que es de todo menos abrefácil.
Siempre disfruto de tus amenos y simpáticos textos.
Un abrazo.
Natàlia Senmartí Tarragó says
Clara, !a tu blog voy de cabeza!un soplo de frescor tus padecimientos, si, siiii.
Antes la cagué con una frase, aiggg.
Pero mi niña, déjate de rimeleses fosforescentes, de escozores dantescos, de cremas abrasivas y de faldas tatuajes en la dorsal espina con su etiqueta sádica, lo he padecido, te comprendo.
Suéltate asín tal cual, ¿te atreves? Muestra, si acaso, anillo en ombligo o…, valeeee, tatuaje eterno en donde sea, pero no te martirices con potingues para parecer la mómia de Nefertiti, bella mujer, un símbolo, pero seguro que dedicaba tres horas cada mañana para afeitarse el cráneo, ella podía, faraona era.
Quede claro, estos consejos los echas a la basura. Aveeeee frescor de la amanecida (seré cursi).