«¡Hola! Venga que salga Pepe que ¡ya estamos aquí!» Frase previa a la tragedia.
Si Pepe, tu amigo, celebra su cumpleaños en una casa rural en un pueblo perdido, por favor, apúntate bien la dirección, sincroniza tu navegador e intenta no viajar de noche, que las confusiones son muy malas…
Todas estas precauciones no las tomó una pareja andaluza cuando salía con el coche en busca de la súper fiesta organizada en medio del campo. Como para los que somos de ciudad todos los pueblos nos parecen iguales, y como el Google maps te lo enseña todo clarisimo, vas crecido, sabiendo que seguro seguro encuentras la dichosa casa.
Esto mismo pensó esta pareja, con lo que emprendieron el viaje muy tranquilos. Después de dar varias vueltas, la chica actuó: «Déjame que yo conduzca que tú esta zona no la conoces». Y ahí va, volante en mano, a dar otras vueltas más. De pronto, como si fuera una aparición, la casa. En ese momento la chica se hincha de orgullo: «¿Qué te dije? Ya hemos llegado». El chico entra en la casa y pregunta: ¿Está Pepe?, de manera cautelosa. Ante las caras de los asistentes de desconcierto, el chico, que se lo veía venir, dió un paso atrás y dejó actuar a la chica. En ese momento, su entada estelar: «¡Hola! Venga que salga Pepe que ¡ya estamos aquí! UUUhhhhhh». Silencio. Miradas de ¿quién es esta chica? ¿Es parte del show?
– Es que aquí no hay ningún Pepe.
– Venga, va. Que salga ya que traemos regalos.
El chico, como un cangrejo, no por colorao si no porque andaba hacia atrás, cada vez más cerca del coche.
– Mira, aquí no hay ningún Pepe pero si os quereis quedar a tomar algo y luego continuais el viaje…
De nuevo, subidos en el coche ante un silencio pavoroso, se encontraban buscando la casa verdadera. Al llegar, la entrada no fue tan estelar, claro.
Si Pepe, tu amigo, celebra su cumpleaños en una casa rural en un pueblo perdido, por favor, apúntate bien la dirección, sincroniza tu navegador e intenta no viajar de noche, que las confusiones son muy malas…
Todas estas precauciones no las tomó una pareja andaluza cuando salía con el coche en busca de la súper fiesta organizada en medio del campo. Como para los que somos de ciudad todos los pueblos nos parecen iguales, y como el Google maps te lo enseña todo clarisimo, vas crecido, sabiendo que seguro seguro encuentras la dichosa casa.
Esto mismo pensó esta pareja, con lo que emprendieron el viaje muy tranquilos. Después de dar varias vueltas, la chica actuó: «Déjame que yo conduzca que tú esta zona no la conoces». Y ahí va, volante en mano, a dar otras vueltas más. De pronto, como si fuera una aparición, la casa. En ese momento la chica se hincha de orgullo: «¿Qué te dije? Ya hemos llegado». El chico entra en la casa y pregunta: ¿Está Pepe?, de manera cautelosa. Ante las caras de los asistentes de desconcierto, el chico, que se lo veía venir, dió un paso atrás y dejó actuar a la chica. En ese momento, su entada estelar: «¡Hola! Venga que salga Pepe que ¡ya estamos aquí! UUUhhhhhh». Silencio. Miradas de ¿quién es esta chica? ¿Es parte del show?
– Es que aquí no hay ningún Pepe.
– Venga, va. Que salga ya que traemos regalos.
El chico, como un cangrejo, no por colorao si no porque andaba hacia atrás, cada vez más cerca del coche.
– Mira, aquí no hay ningún Pepe pero si os quereis quedar a tomar algo y luego continuais el viaje…
De nuevo, subidos en el coche ante un silencio pavoroso, se encontraban buscando la casa verdadera. Al llegar, la entrada no fue tan estelar, claro.