Es el destino. No puede ser otra cosa… o el karma… o la suerte. Aunque todavía es un poco pronto para cantar victoria porque tengo a unos cuantos «fitipaldis» achuchándome… (nota subliminal para @carballo, @rafaosuna, @clarasoler y @JuanRaVidal). Pero justo cambio el diseño de mi blog (aunque habrá más reformas) al estilo asfáltico y me proponen una carrera de karts por el Valencia Street Circuit. ¡Esto quiere decir algo seguro!
Si leyera el título del post en otro blog, a lo lectura rápida, entendería parrillada de salida, como llega el veranito ya estaría mi cabeza con Georgie Dann y su barbacoa. Y yo pensando en los chorizos parrilleros…
¡Pero no! Ya llega a Valencia el circuito urbano de Fórmula 1. Debe ser una gozada poder conducir por la ciudad a toda velocidad y sin peligro alguno, claro.
A mí, que me gusta conducir y me gusta correr, como decía un chofer amigo mío «siempre ciento diez, ciento veinte…» y el tío llegaba en media hora Alicante-Valencia… ¿Cómo sería estar sola en la cuidad al estilo Abre los ojos, subida en un cochazo? Creo que madrugaría y me iría a la Malvarrosa. Llegaría en 3 minutos. Ya oígo el tubo de escape. Tomaría un poco el sol y a Alboraya a repostar con una horchata fresquita, en cinco minutos allí me plantaría. Recorrería la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Las gafas de sol, la melena a su aire… ¡Qué gozada! Luego iría a la calle de la Paz, uoooooog, ya la he pasado. Sin querer he alargado el brazo y me he llevado un bolso de Carolina Herrera… Derrapo derrapooooo por San Vicente y a la calle Colón que me voy. Pararía en medio de la calle, con el coche de lado, y respiraría el aire para mí sola. Apretaría fuerte el aceledaror y del tirón a al Plaza de Toros que me iba, para coger la dirección de Alicante. Llegaría a trescientos por hora a la rotonda de los anzuelos. Reduzco marcha (noto el tirón en la espalda con cada cambio de marcha) y llegaría de nuevo al L’Umbracle. Lo bordearía y por la Avenida de Francia aceleraría hasta llegar al Puerto. Ahí estarían en los boxes esperándome mis amigas. Listas para ayudarme a quitarme el mono de cuero que llevo y poder darles todos lo que en mi recorrido he ido encontrándome: vestiditos de Zara, pashminas de Massimo Dutti, (el bolso de CH es para mí ;), zapatos de Aviñó, chocolates de Xocoa y hasta unos Caffè Latte fresquitos de Kaiku del super. Ah! y unas flores de la Plaza del Ayuntamiento (o Plaza del 15 de Mayo) para mi equipo… ¿A quién no le gustaría su Street Circuit particular?
Si leyera el título del post en otro blog, a lo lectura rápida, entendería parrillada de salida, como llega el veranito ya estaría mi cabeza con Georgie Dann y su barbacoa. Y yo pensando en los chorizos parrilleros…
¡Pero no! Ya llega a Valencia el circuito urbano de Fórmula 1. Debe ser una gozada poder conducir por la ciudad a toda velocidad y sin peligro alguno, claro.
A mí, que me gusta conducir y me gusta correr, como decía un chofer amigo mío «siempre ciento diez, ciento veinte…» y el tío llegaba en media hora Alicante-Valencia… ¿Cómo sería estar sola en la cuidad al estilo Abre los ojos, subida en un cochazo? Creo que madrugaría y me iría a la Malvarrosa. Llegaría en 3 minutos. Ya oígo el tubo de escape. Tomaría un poco el sol y a Alboraya a repostar con una horchata fresquita, en cinco minutos allí me plantaría. Recorrería la Ciudad de las Artes y las Ciencias. Las gafas de sol, la melena a su aire… ¡Qué gozada! Luego iría a la calle de la Paz, uoooooog, ya la he pasado. Sin querer he alargado el brazo y me he llevado un bolso de Carolina Herrera… Derrapo derrapooooo por San Vicente y a la calle Colón que me voy. Pararía en medio de la calle, con el coche de lado, y respiraría el aire para mí sola. Apretaría fuerte el aceledaror y del tirón a al Plaza de Toros que me iba, para coger la dirección de Alicante. Llegaría a trescientos por hora a la rotonda de los anzuelos. Reduzco marcha (noto el tirón en la espalda con cada cambio de marcha) y llegaría de nuevo al L’Umbracle. Lo bordearía y por la Avenida de Francia aceleraría hasta llegar al Puerto. Ahí estarían en los boxes esperándome mis amigas. Listas para ayudarme a quitarme el mono de cuero que llevo y poder darles todos lo que en mi recorrido he ido encontrándome: vestiditos de Zara, pashminas de Massimo Dutti, (el bolso de CH es para mí ;), zapatos de Aviñó, chocolates de Xocoa y hasta unos Caffè Latte fresquitos de Kaiku del super. Ah! y unas flores de la Plaza del Ayuntamiento (o Plaza del 15 de Mayo) para mi equipo… ¿A quién no le gustaría su Street Circuit particular?
También puedes leer este post en el Diario Levante EMV
Aperfumarse. Perfumería online says
y a juego con el bolso un perfume
Sergio says
Si me pusiera a hablar del Circuit que mucho tendría que decir, pero que prefiero callar, me pondría como una moto o F1 y podría recorrerlo en menos tiempo que los cochecitos de la carrera.
De cualquier forma me quedo con tu propuesta callejera, me va más… te acompaño.
🙂
p.d. Lo mejor que se ha hecho por estas tierras sobre ruedas es el Valenbisi y la patinada popular.
Manuel Sánchez Acero says
Pues nada, Clara. Ponle a tu blog un diseño de verano con sus tumbonas, caipiriñas, mojitos, el oceano y las sombrillitas, a ver si me llegan las vibraciones a mi vida!! 😉
Un abrazo!
Sergio says
Uf!, menos mal que se ha acabado.
Lo que más gracia me ha hecho ha sido la coincidencia con el desfile del orgullo Gay… ¡qué contraste de estilos!