¿Es fácil hacer feliz a alguien? ¿Cuántos astros se tienen que alinear para que las cosas salgan como queremos? Muchas veces por más que nos esforcemos, nos pongamos ante la situación y pensemos y pensemos hasta tener los codos rascados de pensar y la lengua seca del esfuerzo como Manolito (de Mafalda) delante de las cuentas de su tienda, no sirve de nada. Y otras veces, sin quererlo, hacemos que alguien, en algún lugar, esté dando saltos de alegría. Y a mí esos momentos me encantan. Momentos en los que el destino es el que manda. Nosotros vamos a la deriva como nuestro cuello en una atracción de feria, sólo nos tenemos que dejarnos llevar.
El otro día en una terracita de Valencia tres personas queríamos refrescarnos y pedimos esto:
Me encantó hacer que algiuen es ese mismo momento fuera muy feliz, aunque fuera el dueño de Coca Cola…
Anónimo says
¡LOS FELICES, SI ME PERMITES, FUISTEIS LAS TRES PERSONAS QUE LOS DISFRUTAISTEIS! y, que casualidad, todos de la misma marca… Éxito para la persona que pensó en la diversificación del mismo producto, para copar a los distintos grupos de sedientos, con la misma Chispa de la Vida. A parte de ésto, comparto contigo lo de "la vida va" -te pongas como te pongas, aunque los más mayores dicen que lo mejor es ser "un bon vivant" y "laiser fer, laiser paser…" (¡Ah, que buen día de domingo hace, para hacer nada!)
Teresa Cameselle. says
ESTAS CONVOCADA AL …
HALLOBLOGWEEN
José R. González says
Nunca había pensando en esto que dices… creo que yo hago demasiado feliz al dueño del grupo VIPS :S ja,ja.
¡Un abrazo!