Los que no conozcáis el mundo de las fallas seguro que al leer el título pensaréis: vaya, la Lomana también de fallera. Y los que estéis dentro supongo que también. Pero los que somos de su falla, sí, su falla, su comisón, su familia valenciana desde hoy, estamos felices.
Ayer fue la «Exaltación» de Carmen Lomana. Como todas las que hemos pasado por ahí, estaba nerviosa, contenta, con ganas de reír a veces, de llorar en momentos muy emotivos.
Ha sido una más. Hemos hablado con ella, nos ha contado cómo se sentía y nos ha dedicado piropos y buenas palabras para todas nosotras.
Carmen invitó a un círculo reducido de amigos y familia. Nada de ostentaciones, nada diferente a otra extaltación de esta falla. Su hermana le retrasmitía por teléfono a su madre todo lo que iba pasando, emocionándose toda la mesa a la vez.
Ayer se produjo un revuelo en Valencia, quinientas personas la recibieron. Unas para ayudarla y apoyarla, otras, por supuesto, para cotillear. Y en todo ese revuelo, cuando los medios de comunicación coparon el pasillo de falleras que le habíamos hecho a nuestra Fallera Mayor, y en el momento que hice esta foto, pensé que ahí estaba mi falla. Esa falla de la que nunca os he hablado en el blog, creo.La falla, para los que no la conozcan, es como una asociación formada por gente interesada en la ciudad y en su fiesta. Y yo tuve la suerte de llegar en el 2003 a esta falla. No conocía a casi nadie, como Carmen Lomana. Me vistieron los mejores, me peinó el mejor y me aconsejó la mejor, como a la Lomana. Me aplaudieron y me apoyaron. Me colocaron el cojín para los pies mientras estaba en el trono, me llevaron flores, me animaron mientras pasaba por los pasillos formados por falleros entregados, como a Carmen Lomana. Y hoy, en el escenario, con los focos iluminando la perfecta cara de Carmen y escuchando las paralabras de Boris Izaguirre, me di cuenta de que todo eso no lo hacían porque era Carmen Lomana, lo hacían porque era su Fallera Mayor de 2011. Ya que lo hicieron conmigo, con mis antecesoras y con las posteriores.
Anoche, como cada año, volví a mi casa junto con mi familia fallera. No los veo tanto como quisiera pero cuando vuelvo, allí están. Sin un pero, sin un reproche, todo son sonrisas, alegrías y caras felices de reencontrarnos. En mi caso, el eslogan del turrón sería: Vuelve a casa por Fallas. Y lo hago y lo seguiré haciendo. Gracias Falla P. Paseo de la Alameda-Avenida de Francia
También puedes leer este post en el Diario Levante EMV
Ha sido una más. Hemos hablado con ella, nos ha contado cómo se sentía y nos ha dedicado piropos y buenas palabras para todas nosotras.
Carmen invitó a un círculo reducido de amigos y familia. Nada de ostentaciones, nada diferente a otra extaltación de esta falla. Su hermana le retrasmitía por teléfono a su madre todo lo que iba pasando, emocionándose toda la mesa a la vez.
Ayer se produjo un revuelo en Valencia, quinientas personas la recibieron. Unas para ayudarla y apoyarla, otras, por supuesto, para cotillear. Y en todo ese revuelo, cuando los medios de comunicación coparon el pasillo de falleras que le habíamos hecho a nuestra Fallera Mayor, y en el momento que hice esta foto, pensé que ahí estaba mi falla. Esa falla de la que nunca os he hablado en el blog, creo.La falla, para los que no la conozcan, es como una asociación formada por gente interesada en la ciudad y en su fiesta. Y yo tuve la suerte de llegar en el 2003 a esta falla. No conocía a casi nadie, como Carmen Lomana. Me vistieron los mejores, me peinó el mejor y me aconsejó la mejor, como a la Lomana. Me aplaudieron y me apoyaron. Me colocaron el cojín para los pies mientras estaba en el trono, me llevaron flores, me animaron mientras pasaba por los pasillos formados por falleros entregados, como a Carmen Lomana. Y hoy, en el escenario, con los focos iluminando la perfecta cara de Carmen y escuchando las paralabras de Boris Izaguirre, me di cuenta de que todo eso no lo hacían porque era Carmen Lomana, lo hacían porque era su Fallera Mayor de 2011. Ya que lo hicieron conmigo, con mis antecesoras y con las posteriores.
Anoche, como cada año, volví a mi casa junto con mi familia fallera. No los veo tanto como quisiera pero cuando vuelvo, allí están. Sin un pero, sin un reproche, todo son sonrisas, alegrías y caras felices de reencontrarnos. En mi caso, el eslogan del turrón sería: Vuelve a casa por Fallas. Y lo hago y lo seguiré haciendo. Gracias Falla P. Paseo de la Alameda-Avenida de Francia
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alfredo says
Te entiendo Clara, y hago mías todas esas emociones que tan de cerca nos ha tocado vivir.
Yo no soy fallero, pero he sido padre de 2 falleras mayores y mantenedor de otras cuatro.
De nuevo he recuperado la próximidad con la falla, gracias a mi nieto Alejandro de casi tres años, que lo es desde que nació.
Y me siento como en casa.
Abrazos
CLARA says
¡Cuanto los echo de menos! A todos y a ese año concreto.
Seguro que este año disfrutareis todos pero, la que más Carmen que se quedará atrapada con el cariño y el buen hacer de todos. Y no nos olvidemos del glamour que en esa falla desborda.