Una vez mi amiga Margarita, de la que ya os he hablado alguna vez, me comentó que casi todas las mujeres hemos querido ser barbies alguna vez. «Yo no, la verdad», pensé. Pero según iba avanzando la conversación un poco de razón sí tenía. Yo que he tenido, y tengo (y que nadie las toque) todas las barbies con sus Kens, su coche descapotable, su vestuario infinito, su perro, su caballo, su prima, su criada (las que me compraban del baratillo sin copyright para mí eran de segunda), su jacuzzi, y muchos otros «sus», sí que a veces me hubiera gustado tener algo de eso o disfrutar como lo hacían ellas de un largo baño y luego un paseo en el descapotable con un abrigo de piel (sintética) blanco y su melena al viento. Y normalmente es muy difícil que esto se cumpla, por lo menos que se reproduzca tal cual está en nuestro ideario infantil.
Pero a veces alguien tiene la suerte de convertirse en una como le ocurrió a una amiga de Margarita. Su amiga entró al médico y salió convertida en la Barbie Destellos. Y no porque fuera al cirujano plástico y saliese «recauchutada», no. Ella fue al médico a una revisión regular del tema del pecho. De una mamografía, vaya. Como somos muy cuidadosas y siempre queremos ir impecables a todos los sitios y más a estos donde te revisan más que bien, ella decidió ducharse, lavarse la cabeza, maquillarse y nada de ir con la piel seca, con lo que se untó en leche corporal bien.
Se desnudó con la tranquilidad que da ir perfecta. La enfermera: «Vale pongase así. Perfecto. Ahora no respire y espere». «Mmm parece que tenemos algún problema. Le vamos a repetir la prueba». La amiga estaba ya un poco preocupada. Le hacen vestirse para que vea las pruebas. Varios médicos y algunas enfermeras le esperaban mientras se iba abrochando el cinturón.
«Mire usted misma». «Aquí sólo se ven destellos ¿es normal doctor?» «No, la verdad es que no. Pero es que nadie ha venido untada en crema con purpurina para hacerse estas pruebas». «Ups, pues no me he dado cuenta. Salgo siempre así de casa». «Ya. Pues dúchese y vuelva mañana sin ningún producto encima ¿De acuerdo?». Y en lugar de sentirse incómoda pensó que por una vez había sido de verdad la Barbie Destellos. Al día siguiente volvió a ser la chica número cinco de la lista de pacientes.
Mercedes says
Jejejejejeejeje…. Jajajajaja…. Me parto. Desde luego, hay gente para todo. ¡Qué arte tienes!
Gracias por hacerme reír esta mañana de lunes.
XoseAntón says
Jajaja, sin duda, la princesita se vio obligada a desnudarse del "todo". Muy bien por el guiño.
Bikiños
Lois y Clark says
En nuestra propuesta encontramos un lugar para dar noticia de tu blog.
te esperamos en la redacción, gracias.
Any says
Y pasa que no es fácil ser Barbie, tiene sus secretos y complicaciones; por eso yo ni me gasto … estemmm … como se llama la crema con brillitos? jajajja
Llegué desde el Daily Planet, me quedo un ratito paseando por aqui
saludos
Clara Montesinos says
Agradezco vuestros comentarios ¡Me encanta! Mercedes eres incondicional eh… Besos a todos