Sorprendente. ¡Qué rico es el castellano! Y no me refiero a mi primo de León, sino a nuestra lengua. Ya lo decía el filósofo Luisma de la obra literaria «Aída». Decía que la mejor forma de expresar tu enfado y dejar sin argumentos al contrario es repetir una palabra cambiándole el género. Bueno, esto lo contaba a su modo pero me he tomado la licencia de redactarlo a mi gusto… Por ejemplo: «Mamá me voy en el coche con Antonio». «¡Pero qué coche ni que cocho!» Y ahí se zanja la discusión.
Pero lo que descubrí ayer es que también se puede emplear esta técnica para situaciones de euforia. Y es que un aficionado al Atlético de Madrid al bajar del avión sin que la nube del volcán le afectase declaró ante Tele 5: «¡Ni volcán ni volcón!», mostrando radiante la bandera de su equipo y satisfecho por haber llegado a Hamburgo. Y como los informativos de esta cadena son exactamnete iguales al mediodía que por la noche, he visto a este señor dos veces más algún resumen. Y claro, lo tenía que escribir. ¡Ni volcán ni volcón! y se queda tan ancho.
Y es que a la tele ultimamente se le ve el plumero demasiado. En Buenafuente huele ya un poco el machismo recarcitrante al que juegan como si hiciera gracia con la nueva colaboradora femenina, Ana Morgade. ¿No iba Buenafuente antes de moderno? ¿Y ahora va de Benny Hill? No me gusta. Y mira que hasta participé en su programa, pero esto no. Y para plumero el del presentador de Sálvame. Me refiero a su clara preferencia por sus reporteros masculinos a expensas de humillar a la reportera en una conexión de menos de tres minutos.Y es que el paso del tiempo, lamentablemente, no perdona ni a los más premiados.
¡Ni premiados ni premiadas! grita una voz en off…
Mercedes says
Buen texto con el que no podría estar más de acuerdo, últimamente se toman unas licencias con la lengua que claman al cielo. Pero ya se sabe, la Tele ha quedado para mero divertimento, la cultura hay que buscarla por otros lares.
Un abrazo.