Lo confieso, un mojito un martes por la noche ha sido el culpable de hacer que retome el blog después de dos semanas de desaparición. Lo admito. Y eso que no bebo alcohol, no me gusta ni sus efectos tampoco. Pero que un amigo de Barcelona volviese a casa por unos pocos días era suficiente escusa para tomar un gran mojito en un gran vaso con mucho hielo y largas pajitas negras como mandan los cánones del diseño de la restauración. Y claro, mi cuerpo no estaba preparado. Porque, como cabe imaginar, a esta bebida le ha precedido una copiosa cena con numerosas Coca-Colas light firmada por un Chococheesecake con chocolate caliente por encima y tres cucharitas, también largas, ¿qué pasa con este tema en el mundo de los bares?
Y yo, que llevo semanas comiendo sano y quemándome en el gimnasio, o mejor dicho, deshaciéndome, pues no me hacía a la idea de los efectos que podía tener esto. Y sin contar que no tolero el chocolate… ¿Somos así de cafres en realidad o es que nos gusta sufrir de vez en cuando?
Pero lo mejor ha sido ratificar el asco que le tenemos mi generación (da igual el sexo) a esos hombres que quedan para beber hasta las tantas, que siguen vestidos con la camisa que se han puesto hace dieciocho horas porque no quieren ir a casa, que dejaron la chaqueta y la corbata en el coche y que cuando te levantas para pedir un trapo porque a mi amigo le ha entrado el nervio y ha roto el gran vaso de diseño y los hielos, con su iceberg incluido, se están deslizando por la mesa de manera amenazadora, te miran el escote directamente mientras les cae un hilillo de baba. Si por lo menos miraran las piernas… que para eso llevamos una depilación láser perfecta, ¡hombre! Bueno, para eso no. Es para no abrasarnos mensualmente con la cera, la verdad.
Aunque en honor a la verdad debo decir, por si alguien está pensando que estoy fatal, que el azúcar, el cacao y los hidratos de carbono ¡me han sentado fenomenal! El tema es cómo me duermo ahora con este subidón de azúcar…
Mercedes says
Eres genial. Tienes una forma de escribir que me encanta. Ese inteligente humor…
Bueno, ahora a seguir machacándote en el gimnasio, no vayas a echarte a la mala vida por un mojito.
Un abrazo.
biribicha piccola bambola says
Mi niña asi me gusta.
Por cierto te espero esta semana una mañana en la playa.
un beso
Dulce says
qué subidon de azucar mas bueno! disfruto con tu blog una barbaridad! 🙂
Clara Montesinos says
¡Así da gusto ponerse hasta arriba de azúcar! El próximo ha de ser colectivo;) Besos
Terlenka says
Yo lo que menos soporto… es que dejen las chaquetas en el coche! Con lo que se arrugan luego… 😛 No en serio, creo que más que su machismo destacaría su homofobia… no puede ser que cada diez palabras que pretendan articular una de ellas sea "maricón" o "maricona" (mucho mejor esta última, claro que sí)