Si algo me ha dado rabia desde bien pequeñita ha sido que en lugar de Clara me llamaran Clarita. Y aparecía yo con tres años enrabietada: «Clarita no, me llamo Clara».
Vamos a ver, si te ponen un nombre que probablemente han tardado todo el embarazo en ponerse de acuerdo abuelas, abuelos, primos y amigos cercanos, ¿porqué se empeñan en cambiártelo? Recuerdo el debate familiar de unos amigos que quería ponerle Lucas a su hijo. Y el abuelo (muy joven para este cargo) decía: «Ese nombre no que en el cole le dirán Lucas el de las pelucas». Nadie entendía ese chiste y menos que en el colegio le dijeran algo así. Finalmente se llamó Lucas.
Además esto del diminutivo lo suele hacer familia lejana lejana que para hacerse notar creen que marcan su territorio: «Clarita cómo has crecido…» «Claro, si me ves de dos años en dos años, es lo que pasa». Así contado parece que de pequeña haya sido igual que la Niña Repelente pero creo que no…
Aunque por lo menos es mejor que te llamen por el diminutivo a que llamándote Lucía y después de más de ocho años de noviazgo, el padre de tu novio desde el primer día que te conoce te llame Julia… ¿Cómo le dices que no, que Julia no? Al final ya te ries. Pero para risa, que los abuelos de tu novia te llamen Hyundai porque no hay forma de que pronuncien Unai…
Al final, como en el caso de Lucas, parece que no hace falta pensar tanto el nombre de los niños, si luego la gente te llama como le da la gana.
Mercedes says
Que me lo digan a mí, que me llamo Mercedes y todo el mundo me llama La Chica, por ser la pequeña de las hermanas. Con el tiempo soy la tita Chica, la prima Chica, la hermana Chica…
La pera.
Me gusta lo refrescante de tus textos.
Un abrazo.
Anónimo says
Tienes razón Mª Amparo, sigue escribiéndo asín de bien.
Beatriz says
A mi me pasa lo mismo,me llamo Beatriz y todo el mundo me llama Bea. Por qué?