Los símbolos son muy importantes. Sobre todo en épocas de nuevas etapas o de comienzos de año, como estamos ahora. No sé si es el influjo de los rituales de Año Nuevo o las supersticiones propias pero me fijo mucho en esas cosas.
Por eso estoy intentando averiguar qué significará que en el Roscón de Reyes me haya salido el regalito y el haba. ¿Será un año equilibrado? No creo. ¿Una de cal y otra de arena? ¿Me gastaré dinero y luego me tocará un premio? ¿Me morderé las uñas de las dos manos por igual? Y así llevo ya dos días, pensando.
A mi, que me gusta ser positiva, creo que los Reyes me han dado la oportunidad de desear algo para este 2010. Ya ves, me tocan dos cosas y yo deduzco eso… Y como no tengo deseos de Miss de la paz mundial y todo eso he pensando concentrar mis buenos deseos en limpiar las actitudes de la gente. Me refiero a las actitudes de, como dice una amiga mía, los «dinosaurios». Es esta gente la que frena las nuevas ideas, la creatividad y que en muchos casos tienen comportamientos anticuados y ofensivos. Sobre todo para las nuevas generaciones que, menos mal, vienen o venimos de una sociedad diferente a la de hace cuarenta años.
Son en su mayoría hombres, que por su edad y posición se creen en el derecho de explicarte de qué va la vida y cuando sales por la puerta, de paso mirarte un poquito de arriba a abajo. ¿Es necesario? Son pequeños gestos que durante mucho tiempo he vivido y me han ido contando. ¿Será posible este nuevo deseo para 2010? Yo voy a intentarlo.
Por cierto, creo que lo del Roscón no significa otra cosa que comí demasiado…
Amparo Tórtola says
Hola Clara: Soy Amparo Tórtola y he invadido la intimidad de tu blog porque Alo me lo recomendó. Tengo que darle las gracias: ¡me ha encantado! Deberías dedicarte a escribir o,como mínimo, a probar suerte elaborando monólogos. Tu sentido del humor ha sido un hallazgo. Besos y te sigo. Amparo