Si una persona tiene las cosas claras, pues no cabe discusión. Pero, ¿qué pasa cuando esa persona dura, férrea, signo de firmeza familiar, hace un quiebro de cadera, un juego de pies y cambia?
Todavía me estoy adaptando.
Tengo una tía, llamémosla B, que cuando nació ya sabía como quería vivir y morir. Y no le vayas a cambiar ni una coma, porque te la lía. Fan del buen comer y espectacularmente delgada, también desde que nació, ha conseguido que nadie le tosiera y que todos aprendieramos a cerrar la puerta usando la manivela, sobre todo a la hora de la siesta. Si no era así saltaba como si tuviera un resorte en el sillón y no te quedaba playa para correr…
Como os podéis imaginar, toda la famila se ha arremangado ante las órdenes de mi tía B, a base de tragos de Redbull y Ton Was (vitaminas que creo que las retiraron del mercado después de una llamada anónima de socorro procedente de Valencia…)
«¡Noooooooooooooooooooooooooooo!», es lo primero que escuché de mi prima cuando mi tía B se ofreció a limpiar su casa. Es como Pato WC que dispara desde su avión y en un plis plas todo limpio. Pero de paso ha movido todos los muebles y te ha obligado a arreglar los libros por orden alfabético. Ayuda, sí, pero «acojona» en las mismas proporciones… Y si además viene con su coche furgoneta, te carga y descarga lo que quieras más rápido que el E-mule.
Todavía recuerdo el suplicio de escucharla quejándose de lo cruel del destino cuando mis abuelos hicieron reforma en el baño y le cambiaron de izquierda a derecha el rollo del papel higiénico.
Así que con este currículum de inflexibilidad (digno de admirar en estos días), todos pensábamos que justo ella no nos daría sorpresas. Pero va y se enamora. ¡Acabáramos!
Y ahora le encantan los niños, se ha soltado la melena, hace planes de futuro, el sofá se les queda pequeño de lo acaramelados que están y se chatean por el Messenger del salón a la habitación. En definitiva, lo nunca visto.
Hoy he conocido al tal en cuestión. Llamémosle Vilu, porque me tiene casi así, en vilo de lo que habrá hecho para este cambio.
Si a ella le ha pasado esto, preparaos, porque ya puede ocurrir de todo. Observad a vuestros familiares y me contáis…
José R. González says
¡A una persona muy cercana a mí le pasó justo lo mismo al encontrar pareja! El amor todo lo cambia je, je. Ya sabes el dicho de "2 que duermen en un mismo colchón se vuelven de la misma condición." Un abrazo Clara
Clara says
¿Ya se podrá cerrar la puerta de resbalón y no usar la manivela? No sé yo, si Vilú habrá hecho tanto efecto. Lo del Messenguer es suficiente cambio. Besets
Anónimo says
Si Vilu, es un poner, ha obrado los prodigios que cuentas sobre B, debe ser inmediatamente y sin solución de continuidad, analizado y estudiado, por los expertos de la siempre prestigiosa ACME RESEARCH.INC. y, casi al mismo tiempo, a EL VATICANO para comenzar el proceso de CERTIFICATI DI MILAGRI y SÚBITO EXPEDITIO AL INTERESADI.
AMÉN.
SE says
Bueno, a veces la gente que más conoces es la que más te sorprende, pero si ella es feliz, bueno es que cambie 😉
¡Un saludo!