Después de hacer un estudio de mercado exhaustivo puedo decir que algunas papas (o chips) llevan anestesia.
Sí, lo digo y lo reafirmo. Y espero que no me busquen como al de Wikileaks, que a mí, si me buscan me encuentran… (Por cierto, debo añadir «end of war» #Wikileaks).
Debido a mi afición por las papas he podido probar muchos sabores, diferentes marcas y colores incluso exóticos. Hace tiempo que dejé de morderme las uñas y mi ansiedad ratonera debe salir por alguna parte…
Con este puente tan largo, el peligro de volver a ver a mis dedos con sus uñitas apetecibles era inminente así que tuve que acudir de urgencia al badulaque de mi barrio para apriovisionarme de víveres. Siempre compro unas papas que antes me parecían un tanto, como decirlo, asquerosas: sabor jamón y queso. Que no sabe a nada de eso, como os imaginaréis. Pero con una cocacolita entraba bien. Compré pipas, aceitunas y ¡no estaban mis papas! Madre mía, sábado tarde, peli por delante y sin papas. Antes de que el pánico me bloqueara, reaccioné. «Mmmm ¿patatas con sabor a queso y cebolla? ¡Me las llevo!» El vendedor hizo un gesto acompañado de un gritito que delataban sus pensamientos: «¡Ja! Ya se las he colao a esta».
Así que llegué a casa, me puse una Coca Cola con hielo, abrí el paquete…y casi me desmayo. Pero, como diría aquel presentador de informativos, no cejé en mi empeño y me puse un bol lleno de papas para acompañar la partidita al Scrabble.
En este fulgor llamó a la puerta mi vecino Luis de once años y más espabilado que todos nosotros juntos, para anunciarme que vendía su Iphone por no sé cuanto dinero porque ya tenía el Iphone 4, y claro, para qué quería el otro… «Para comprar acciones de Zara«, le dije, pero me puso cara de ¿qué dices?, me apartó y se sentó a jugar con nosotros.
Los dos echamos mano a las papas y los dos a la vez pusimos la misma cara de asco. Pero entre letras y búsquedas en el diccionario, cayó el bol entero, sin darnos cuenta. Hasta que Luis tuvo que pasar a su casa y su madre dijo que con ese pestazo que echaba no le dejaba entrar… Nadie se apiadó de él. Directo a lavarse los dientes para ser aceptado de nuevo en el núcleo familiar.
Mientras, en mi casa, me sugerían que tirara a la basura «eso». Pero a mí ya no me sabían tan mal. Contra todas las opiniones, resistí y las guardé. Al día siguiente hice otro acercamiento. Buaj! La primera está asquerosa. Cuando, de nuevo sin darme cuenta, llevaba unas cuantas, ya me gustaban. Bueno, de hecho, ya ni notaba el sabor. De pronto, me dí cuenta de esta conclusión del estudio de hoy: las papas llevan anestesia. Si no no se comprende que nos podamos comer eso.
Sí, lo digo y lo reafirmo. Y espero que no me busquen como al de Wikileaks, que a mí, si me buscan me encuentran… (Por cierto, debo añadir «end of war» #Wikileaks).
Debido a mi afición por las papas he podido probar muchos sabores, diferentes marcas y colores incluso exóticos. Hace tiempo que dejé de morderme las uñas y mi ansiedad ratonera debe salir por alguna parte…
Con este puente tan largo, el peligro de volver a ver a mis dedos con sus uñitas apetecibles era inminente así que tuve que acudir de urgencia al badulaque de mi barrio para apriovisionarme de víveres. Siempre compro unas papas que antes me parecían un tanto, como decirlo, asquerosas: sabor jamón y queso. Que no sabe a nada de eso, como os imaginaréis. Pero con una cocacolita entraba bien. Compré pipas, aceitunas y ¡no estaban mis papas! Madre mía, sábado tarde, peli por delante y sin papas. Antes de que el pánico me bloqueara, reaccioné. «Mmmm ¿patatas con sabor a queso y cebolla? ¡Me las llevo!» El vendedor hizo un gesto acompañado de un gritito que delataban sus pensamientos: «¡Ja! Ya se las he colao a esta».
Así que llegué a casa, me puse una Coca Cola con hielo, abrí el paquete…y casi me desmayo. Pero, como diría aquel presentador de informativos, no cejé en mi empeño y me puse un bol lleno de papas para acompañar la partidita al Scrabble.
En este fulgor llamó a la puerta mi vecino Luis de once años y más espabilado que todos nosotros juntos, para anunciarme que vendía su Iphone por no sé cuanto dinero porque ya tenía el Iphone 4, y claro, para qué quería el otro… «Para comprar acciones de Zara«, le dije, pero me puso cara de ¿qué dices?, me apartó y se sentó a jugar con nosotros.
Los dos echamos mano a las papas y los dos a la vez pusimos la misma cara de asco. Pero entre letras y búsquedas en el diccionario, cayó el bol entero, sin darnos cuenta. Hasta que Luis tuvo que pasar a su casa y su madre dijo que con ese pestazo que echaba no le dejaba entrar… Nadie se apiadó de él. Directo a lavarse los dientes para ser aceptado de nuevo en el núcleo familiar.
Mientras, en mi casa, me sugerían que tirara a la basura «eso». Pero a mí ya no me sabían tan mal. Contra todas las opiniones, resistí y las guardé. Al día siguiente hice otro acercamiento. Buaj! La primera está asquerosa. Cuando, de nuevo sin darme cuenta, llevaba unas cuantas, ya me gustaban. Bueno, de hecho, ya ni notaba el sabor. De pronto, me dí cuenta de esta conclusión del estudio de hoy: las papas llevan anestesia. Si no no se comprende que nos podamos comer eso.
(También puedes leer este post en el Diario Levante EMV)
Sergio says
Confirmado, tanto wikileaks como los snacks en general, llevan anestesia
Anónimo says
Te recomiendo unas papas con aceite de oliva y sal del Himalaya. De venta en grandes almacenes. ¡¡Exquisitas!! Y a tu vecino de 11 años "pos"…muy listo.
Anónimo says
¡¡Que nos vamos a Pekin Express!! La audiencia va a subir como la espuma… Deberías dedicar un comentario.
Clara Montesinos says
¿Y si primero nos apuntamos bien y luego cantamos victoria? Mira que el año pasado ya estábamos practicando para ná… Viajeros ¡a Pekin Expres!
Anónimo says
Con las personas pasa igual.
Terelo says
Que me dices de los kikos tiernos de M… Corn? sin publicidad, eso si que es enganche total jajajaja vamos "pa morirse" Como siempre, genial.
Besets. Teresa
Pedalier says
¿Y qué me dices de la Coca-Cola (con la que regaste tu aperitivos de patatas)? No se sabe su fórmula, en principio era un producto de farmacia, es el mejor desatascador de tuberías que conozco y sin embargo, no podemos dejar de probarla. ¿Qué tendrá? A lo mejor Wikileaks lo sabe.
Nos leemos.