Hoy tengo tantas cosas que escribir que las teclas van a mil. Se ve que no ha funcionado lo de desintonizar de mi tele Intereconomía. Los comentarios retrógrados siguen colándose por la ventana, por la tele, por la radio… Justo en mi última entrada comentaba el mérito de haber conseguido que por fin el primer apellido pueda ser el de la madre. Y va y estos días ha querido la casualidad que sea la noticia de la semana. Esta noticia podría haber pasado desapercibida si no llega a ser por los contertulios y comentaristas de los diferentes medios de comunicación.
Yo lo veo algo normal pero según he oído, esto es desde una cortina de humo del Gobierno a una manera clara de romper las tradiciones y de que miles de apellidos «de toda la vida se pierdan». Os lo juro que esto mismo lo he escuchado esta mañana. Un cambio que sólo da la opción, nada más. Y que, por si los padres no se ponen de acuerdo, define que se pondrán por orden alfabético. Pero parece que la tradición de que la mujer siga relegada a un segundo puesto es digno de admirar y que los apellidos de las mujeres no son «los de toda la vida».
Es decir, que si yo tuviera un hermano, él le pondría a sus hijos mi apellido sin parpadear y llevarían la tradición por lo ancho y largo de este mundo. Pero yo casi tendría que pedir permiso para bordar la inicial de mi apellido en el babi de mis hijos… Y todo lo positivo de la familia se lo llevarían sus hijos y los míos recibirían directamente la sabiduría de la familia de mi marido. Como todos sabemos y hemos oído mucho, se emplean los apellidos para acuñar caracter, personalidad, etc: » Este será notario, como que es un Pérez», «Menudo genio de las matemáticas, como se nota que eres Valero». ¿Y mi apellido qué? No sólo moriría nuestro apellido, sino que lo haría también nuestra impronta.
Está claro que hay asuntos importantes para legislar en estos momentos, pero esta escusa para dejar de lado la realidad ya está muy vista. No podemos seguir avanzando a mayor velocidad que las leyes. Aunque viendo que todavía no somos capaces de separar el Estado de la religión ¡vamos apañados! ¿Porqué la visita del Papa no la pagan sólo sus seguidores? Cuando un artista (salvando las distancias) viene a una ciudad, sólo viene si tiene público que pague la entrada. No lo paga el Ayuntamiento de turno. ¿O ahora se ha dado la vuelta a la tortilla y es el Estado una ONG? A no, que los otros que visten de blanco y tiene despachos de oro tampoco lo fueron.
Anónimo says
!CON UN PAR! SE PUEDE DECIR MÁS ALTO, PERO NO MÁS CLARO.
magali says
Así es Clara, es todo una absurda cortina de humo.Cuanta razón tienes!
Anónimo says
¿No has pensado nunca escribir en los periódicos?
Clara Montesinos says
Pensarlo pensarlo sí ¿Tienes un periódico? 😉
Gracias. ¡Besos! CLARA
Pedalier says
En este tema habría que tomar una decisión consensuada y con vistas al futuro.Me explico. Si hay un apellido interesante, da igual que provenga de la madre o del padre, habría que protegerlo frente a otros más comunes. La familia de mi padre va a perder su segundo apellido cuando su primero es el segundo más común de España.
Anónimo says
No tengo un periódico tengo un grupo editorial con varios periódicos en toda España. Hablamos.
Beatriz says
Con esta nueva ley, ya puedo cambiar el orden de mis apellidos? No quiero que se pierda el de mi madre y el otro me da igual. Es muy común.
CLARA says
Je, je. Beatriz que bien has quedado con lo de común.
No creo que hagan marcha atrás con esta ley. Podriamos armar un lio en el Registro Civil, inventandonos quien es el padre por ponerle un apellido menos común 🙂
Que no se olviden los de la ley que nosotras sabemos de quien es el hijo :))))
Anónimo says
No siempre lo sabemos.