Toda la vida (la mía), he vivido en el mismo barrio. Un barrio similar al de Espinete donde todos los gremios tienen un representante. Al crecer en un mismo barrio acabas ganándote la confianza de los vecinos y, sobre todo, la de la gente de las tiendas y bares. En el barrio estás a salvo. Siempre va a ver alguien que te esté mirando si te pasa algo, para lo bueno y para lo malo, claro…
Cuando de pequeña bajaba a comprar lo hacía sin dinero y sin problemas: «Mi madre me ha dicho que me des un kilo de tomates, Coca-colas y leche». «Toma ¿Te lo apunto, verdad?», me decía Juan Carlos, el del ultramarinos. «Sí, gracias, adiós», y me iba sin pagar. Normalmente estas conversaciones duraban más pero la cuento así para resumir. Lo importante es el concepto. La confianza llegó a tal punto que la frase de ¿te lo apunto, verdad? llegó a ser simplemente «Me lo apun» y au, a lo Rubianes.
Para acentuar esta situación, cuando mi padres se marchaban de viaje todo el barrio sabia que estaba sola, que iba a hacer yo la compra y que ya pagarían mis padres a la vuelta. Así que durante una semana era la reina de los mares señalando y diciendo: «quiero esto y esto y…también esto» refiriéndome a chucherias, Kitkats, Bimbo y cosas así. Ya mis padres se apañaban con ellos al hacer la ronda por el barrio a su vuelta.
¿Esto qué ha ocasionado? Que Juan Carlos gastara libretas y libretas de notitas y que yo creciera tranquilamente sin saber el precio de las cosas. No tengo ni idea de si 3 euros son muchos euros para las alcachofas o si la Coca-Cola vale la pena comprarla en el Carrefour. No tengo, digamos, parámetros económicos para la vida diaria. Ya ves.
Y sigo igual. De hecho he escrito esta entrada porque he intercambiado un kilo de patatas por un sofá y no sé si he salido ganando…
biribicha piccola bambola says
Si el sofá es Como el de la amiga de mi tía u te lleva al sueño eterno depende…jajaja.
Mercedes says
Pues depende del sofá y de las patatas, pero por lo general… Que la has "cagado", perdón.
Me gusta venir a tu refrescante blog, siempre me voy con una sonrisa.
Un abrazo.
Eurice says
Curiosa tu forma de vida…si te dejaban sola no seria muy pequeña, pero si lo eras para hartarte de golosinas,ja,ja,ja.
Que feliz vives! sin saber el valor de las cosas…quizá tu trueque haya sido bueno, quien sabe.
Que disfrutes de la S. Stª y de la Pascua, tal vez tus padres te vuelvan a dejar sola y te pongas como el kiko comiendote monas de Pascua ;).
Un saludo
Anónimo says
Es perfecto. ¿Qué cuestan las cosas? ¿Quién fija el precio? hay cosas que nunca se podrán comprar por mucho dinero que tengas… Y recuerda:" Es el necio quien confunde valor con precio".
Anónimo says
claro que has salido ganando……ese sofá era una patata……
Anónimo says
la última vez que nos vimos no me diste la impresión de saber tan poco…..fué cuando me querías cambiar aquella chaqueta mía tan bonita por aquellos calcetines made in china……