Este fin de semana hemos tenido unos días de pérdidas, de abrazos, de lágrimas, de tradiciones y de encuentros. Han sido unos días en los que te das cuenta de lo que importa y de las cosas que ni llegan a ser del tamaño de una partícula de polvo. Situaciones en las que yo me emociono, no por el hecho en sí, que también, si no por vernos a todas las amigas juntas, apoyando a quien en ese momento lo necesite. La manada que acude a cualquier grito de una de nosotras. Somos así, para el cachondeo y para los tanatorios.
Y como la amiga a la que arrropábamos lo tenía todo «controlado» porque es más que una SuperWoman, nos dió por divagar y por recordar historias.
Una como yo que no va mucho a las Iglesias pierde la costumbre de ciertas cosas. Y cuando te reecuentras con el clero pasa lo que pasa. Si vas a menudo hay cosas que ni te planteas, incluso rezas oraciones que te sabes de corrido. Pero si has dejado un margen de tiempo y acudes corriendo a la Iglesia, peinándote por el camino, a un pueblo desconocido porque un familiar lejano ha muerto, no te da tiempo a aclimatarte. Y hacerte al sitio es muy importante.
Por eso, Chelo, cuando llegó a la Iglesia y se sentó rapidamente con su hermana en uno de los bancos fríos contestó sin pensárslelo dos veces: «Pues aquí que hemos venido desde Valencia, conduciendo sin parar para llegar a tiempo». Al ver la cara de sorpresa del que le acercaba la cara para darle dos besos dijo: ¿Qué me has preguntado?» «No, sólo te había dicho que la paz sea contigo y te iba a dar la paz, pero bueno… me alegro de que estés bien». De pronto sintió el codazo de su hermana con cara de ¿qué haces? «Es que había entendido ¿Qué pasa contigo?»…
Para aprender idiomas pasa lo mismo, el oído se hace a todo…
Y como la amiga a la que arrropábamos lo tenía todo «controlado» porque es más que una SuperWoman, nos dió por divagar y por recordar historias.
Una como yo que no va mucho a las Iglesias pierde la costumbre de ciertas cosas. Y cuando te reecuentras con el clero pasa lo que pasa. Si vas a menudo hay cosas que ni te planteas, incluso rezas oraciones que te sabes de corrido. Pero si has dejado un margen de tiempo y acudes corriendo a la Iglesia, peinándote por el camino, a un pueblo desconocido porque un familiar lejano ha muerto, no te da tiempo a aclimatarte. Y hacerte al sitio es muy importante.
Por eso, Chelo, cuando llegó a la Iglesia y se sentó rapidamente con su hermana en uno de los bancos fríos contestó sin pensárslelo dos veces: «Pues aquí que hemos venido desde Valencia, conduciendo sin parar para llegar a tiempo». Al ver la cara de sorpresa del que le acercaba la cara para darle dos besos dijo: ¿Qué me has preguntado?» «No, sólo te había dicho que la paz sea contigo y te iba a dar la paz, pero bueno… me alegro de que estés bien». De pronto sintió el codazo de su hermana con cara de ¿qué haces? «Es que había entendido ¿Qué pasa contigo?»…
Para aprender idiomas pasa lo mismo, el oído se hace a todo…
CLARA says
Las amigas son muy importantes en la vida, hay que cuidarlas por que sí, sin esperar nada a cambio, sólo por la satisfacción de su sonrisa. Espero que en tu vida no te salga una rosamari.
Pedalier says
El momento de la PAZ es para mí el más emotivo…y surrealista, porque acabas estrechando la mano (y en el mejor de los casos, te plantan 2 besos) a gente que no conoces de nada pero que lo hacen con tal ímpetu, que parece que te has ganado a un amigo para toda la vida.