De nuevo, al llegar a casa una noche más, cumplo el mismo ritual: la chaqueta al tendedero a que se airee, tooodo el resto de la ropa a la lavadora directamente, nada de compartir el cesto con otras prendas que si no todo se pringa, desmaquillarme bien y ponerme crema enseguida, ya están esos granitos de fin de semana, colirio en los ojos y a cepillarme bien el pelo para mañana a primera hora darme una buena ducha y lavarme la cabeza (ahora es demasiado tarde para secador y todo). Así que dormiré con la melena hacia arrriba de la almohada para que no pueda tocarme la cara y mañana a lavar las sábanas.
Seguro que estáis pensando que de donde vengo. No he ido a la fiesta de la espuma ni a una lucha de merengues. Simplemente ha sido una noche más en un local más con muchos fumadores más.
Esto que os he contado es lo que hago cada noche que salgo. Da igual si salgo sólo a cenar o me quedo un rato más o me desmeleno hasta las tantas. La nube me sigue allá donde voy como si fuera un personaje malvado de los dibujos animados. Y para algún sitio que encuentro con ventana y pienso: «Tengo salida, podré coger un poco de aire», enseguida noto la mano de un camarero que me indica que para que los vecinos no tengan ruido debo cerrarla. ¡Ah! Muy interesante. Prefieren gasear a los clientes que molestar a los vecinos.
No soy una teclosa, os lo aseguro, pero lo de fumar ya no se lleva, no es glamouroso. Todos sabemos ya los problemas que acarrea a los que fuman y los antiestéticos dedos y dientes amarillos, etc. Pero a los que no fumamos nos escuecen los ojos en estos locales, nos salen pequeños granitos en la cara y nos obliga a acudir a la tintorería más a menudo de lo que querríamos.
No quiero que despidan a camareros con la nueva ley antitabaco, pero al paso que vamos que estudien medicina que buenos médicos nos harán falta. (Especializaros en cáncer de pulmón. ¡Os forraréis!)…
Mercedes says
Yo soy fumadora (no sé cuándo voy a ser capaz de quitarme), pero te comprendo y estoy contigo. Creo que la solución estaría en quitar el tabaco del mercado de una vez. Pasaríamos un mono de caballo, pero después de unas semanas se acabaría el problema. Bueno, ya mismo va a estar prohibido fumar en sitios públicos cerrados y no tendrás que mandar la chaqueta a la tintorería cada vez que sales.
Un abrazo.
Clara says
Me parto y me mondo cómo comentemos esta entradas sólo fumadores. Yo hice el intento de dejarlo en un cursillo que repetí y sigo fumando, pero no puedo con ceniceros llenos. Si alguna defensa tenemos es que el precio del tabaco es prácticamente impuestos, así que no pagamos tintorerias pero si muchas más cosas. Si no administran bien esos impuestos eso es otro tema, tendría que haber una casilla en la declaración de la renta para la crema para granitos y descuentos en las tintorias para los no fumadores.